Cualquier actividad requiere, antes de su puesta en marcha, la elaboración de un plan de negocio. Es necesario definir con la mayor precisión posible a qué actividad nos vamos a dedicar, quiénes son nuestros clientes potenciales, cómo los vamos a atraer, quiénes son los competidores y sus características, qué personal y de qué perfil tenemos que incorporar, qué recursos financieros y no financieros exige el proyecto y cuáles son las expectativas y previsiones de ingresos y gastos. Sin un plan de negocio previo, los nuevos proyectos están condenados al fracaso.